Sentir, Pensar, Actuar

Entrevista a Williams Sayago (Director) y Elizabeth Maya (actriz y asistente de dirección) de la obra de teatro “Contadoras de Garbanzo”s

Contadoras de Garbanzos

SINOPSIS: En un circo muy venido a menos, están las mujeres que solo cuentan garbanzos. Está la mujer de los múltiples nombres, (Sacrificio, Angustia, Diana, Soledad…) que ha perdido su ser por ya no ser apreciada, pero que dentro de ella guarda un secreto; quizá una esperanza de liberarse; incluso de sí misma. Está la contorsionista que se ha retirado; deformada en tanto distorsión; habiendo perdido toda visión y posibilidad de ser…libre. Está la trapecista que no habla pero vuela, que puede mirar desde otra óptica etérea, pero a la que le han cortado la lengua y le han arrancado la palabra, libre en las alturas pero siempre con la amenaza latente de caer contra el piso…o la realidad. Pero no están solas, está la presencia amenazante del domador de leones. Están, pero no están solos…

El poder consiste en decidir lo que cuenta y lo que no es importante, lo que debe contarse y lo que debe callarse, lo que se cuenta y lo que no puede convertirse en una cifra.

¿Cuánto cuesta una decisión? ¿Quién es el carcelero que cobra el encierro? Decidir, decidir realmente, implica enfrentarse a las verdades establecidas, impuestas por una mirada siempre ajena que hace de las palabras barrotes, látigos y promesas vacías qye han echado raíces en la propia identidad; por eso la libertad siempre invita a una batalla interna.

En Contadoras de Garbanzos asistimos, como testigos tras bambalinas, a las entrañas de un circo sin espectáculo; una pista que ha extraviado la ficción, donde el arte se le ha agotado a los artistas y el aplauso ha callado tanto tiempo que pueden empezar a escucharse los reclamos de las bestias enjauladas: esas que habitan en el sentimiento de haber cambiado la realidad por una farsa, de haber entregado la vida entera a cambio de un espejismo.

Parece que las cosas que se pueden contar, no valen, y que cuando algo vale, no basta.  “Víctor Lazcano”

 

 

 

 

 

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