Sentir, Pensar, Actuar

La democracia y la rendición de cuentas, en el amanecer de un nuevo ejercicio electoral 

La democracia y la rendición de cuentas,

en el amanecer de un nuevo ejercicio electoral.

A mediados de los años 50, Giuseppe Tomasi di Lampedusa, escribió una novela que resulta interesante recordar justo este 2 de julio, se trata de “El Gatopardo”, una obra que en 1964 fue llevada al cine magistralmente por Luchino Visconti. Es un importante trabajo donde se describe cómo un conjunto de situaciones son manejadas adecuadamente por ciertos  operadores, para generar apariencias que se imponen sobre las necesidades estructurales reales de la sociedad.
Desde entonces, se popularizó  una frase  que sintetiza el quehacer de ese tipo de políticos y autoridades.
“Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi”
“Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”

Cada vez somos más los que nos percatamos de lo que piensan algunos políticos para hacer funcionar ciertos mecanismos, que les permiten acomodarse repetidamente en los espacios del poder. Esto sucede impunemente, incluso en medio de las constantes y cambiantes circunstancias, y evidentemente lo  presenciamos con mayor intensidad cada seis años. Yo pienso que, algún día, los ciudadanos podremos evitar que esas mecánicas, llamadas por algunos gatopardismo,  se repitan una y otra vez.

¿Cuál es la esencia de nuestra participación en los procesos electorales?

Aunque existe una inconformidad generalizada sobre lo costosa, larga y publicitada que resulta la gesta, pocas veces reflexionamos en las  posibles maneras para hacer de ella algo justo y fundamentalmente efectivo.
Y digo efectivo porque hay 3 puntos que deberían ser el producto básico del proceso, pero al parecer estás son cuestiones que nosotros mismos, los ciudadanos, no tomamos en cuenta ni antes ni después del proceso… Veamos.

¿Pueden ustedes responder con veracidad a estas simples preguntas?

1- ¿Cómo se llama el diputado o senador que hoy los representa?
2- ¿Conocen bien en qué consiste la labor para la cual los elegimos?  Es decir, lo que deben hacer una vez que toman posesión del cargo.
3- ¿Saben de qué manera desarrollan su trabajo? O sea,  ¿cuáles fueron sus propuestas?  Me refiero a esas que por lo general casi no se perciben durante sus campañas.

¿Se puede hablar de democracia sin saber quiénes nos gobernarán, representarán y cómo lo harán?

A lo largo de varios meses y después de hacer cientos de veces estas mismas preguntas, las respuestas siempre coinciden. Con excepción del caso del presidente, y alguno que otro de cierta importancia, los otros miles y miles de personajes elegidos por nosotros, un día como el de ayer, una vez triunfantes, se convertirán  en seres absolutamente  desconocidos y, salvo que alguno participe en algún fraude o en otros de esos típicos escándalos mediáticos, nadie sabrá durante su ejercicio, cuál es su nombre y mucho menos cuáles serán sus obligaciones.

¿Quiénes deben ser los que nos capaciten  acerca del quehacer de “nuestros contratados”?

¿Serán la SEP, el INE, los partidos políticos, la iglesia, la iniciativa privada, la sociedad civil organizada, la familia…?

Al margen del obvio papel que le podría corresponder a cada gremio, creemos que los indicados para informarnos en tiempo y forma sobre su futura labor deberían ser, y yo diría quizá de manera obligatoria, los mismos candidatos.

Por esto desde hace más un año, para poder crear el, hasta ahora inexistente, vínculo  elector/candidato,  y resolver de manera efectiva ese problema, inventamos  El Tablero Electoral Ciudadano “Compara tus candidatos”.

El planteamiento es simple: si un candidato quiere nuestro voto, pues que responda de manera sencilla a las preguntas ciudadanas,  por lo menos a la más elemental, ¿quién eres y en qué consiste el trabajo para el que te podríamos elegir?

En el Tablero Electoral agrupamos a los contendientes tal y como aparecen en la boleta electoral, pero lo hacemos anticipadamente. Así, desde que oficialmente se convierten en candidatos ante el INE, los electores, “como ciudadanos realmente conscientes”, podemos cotejar quiénes contienden y cuáles son sus propuestas, y esto no lo hacemos sólo para la muy mediatizada gesta presidencial, sino para todos los otros cargos de elección popular (senadores,diputados, gobernadores, alcaldes). Al contar con esta herramienta, no tenemos que esperar al día de la elección para saber comparativamente quienes compiten, ahí están los nombres de los  contendientes, su perfil y claro, sus propuestas. Todo ese contenido que queda en el Tablero, es responsabilidad exclusiva de quien ahí lo sube, o sea, de los candidatos.
El Tablero Electoral Ciudadano ofrece una verdadera “cancha pareja” a todos los contendientes, gratuita y muy fácil de consultar. Cada participante puede adicionar el contenido que considere importante, así los electores contamos anticipadamente con lo que llamamos una “Boleta Parlante”.

Esto, sin lugar a duda, podrá ayudar a evitar la abrumadora, inequitativa  e insustancial mecánica de la espotización que hoy rige las elecciones.

El ritual ha terminado

Cada quien hizo lo suyo, nosotros  también, sin detenernos mayormente a profundizar sobre el contenido y las formas de la exagerada propaganda de la que todos los mexicanos fuimos, durante varios meses, involuntarios blancos y objeto, hemos terminado con nuestro programa trianual y sexenal de selección del nuevo personal patrio.
Este ejercicio que a muchos les encanta llamar, así con mayúsculas, “DEMOCRACIA” y del cual los medios se llenan de autoelogios, por su inmaculada participación… “sólo aquí tuvimos todas las voces, mostramos todas las plataformas, etc, etc”, en realidad, se convierte en una forma que nos hace  sentir, a todos los que participamos, que sabemos muy bien qué elegimos y para qué lo hicimos, la experiencia mediática es de tal impacto que la mayoría se queda con la sensación de saber cómo escoger adecuadamente a nuestros  próximos gobernantes. Sin embargo, es probable que no nos cuestionaremos sobre lo más elemental, que haciendo a un lado los personajes más evidentes, terminaremos sin poder contestar a la misma pregunta del principio ¿alguien recuerda los nombres de la mayoría de los candidatos que acaba de elegir?
Hace unos meses cuando planteamos la idea de nuestro Tablero  Electoral Ciudadano  a los árbitros de esta contienda, no sólo la recibieron de muy buena manera, también la promovieron, pusieron a nuestro servicio los elementos que estaban a su alcance, con formalidad dieron cuenta de la herramienta a los representantes y dirigentes de todos los partidos, mediante oficios personalizados, con la intención de que ellos hicieran lo mismo con sus respectivos candidatos.
Nosotros, por nuestra parte,  acudimos a tocar la puerta de los medios de comunicación, la academia, las organizaciones de la sociedad civil, las autoridades de gobierno, la iniciativa privada y desde luego, también a los partidos políticos junto con muchísimos de sus candidatos. Queríamos sumar apoyos logísticos para lograr que la plataforma se diera a conocer masivamente, entre los participantes y el electorado, pero durante el ejercicio fue muy  evidente cómo este tipo de ideas no son  fácilmente aceptadas, por ello, lo sabemos, este tendrá que ser un modelo que prospere de manera muy lenta, y seguirán requiriéndose de muchos esfuerzos adicionales para que algún día comience a funcionar con éxito.
Desinterés, ignorancia, falta de información, miedo, varias pudieron ser las causas de la limitada participación de los candidatos en este proyecto, pero, sea como sea, la iniciativa ya está en marcha, y continuaremos peleando para que esto forme parte del derecho que tenemos todos los ciudadanos a estar bien informados .
De no promoverse cambios importantes en la ley electoral, de continuar con el  insustancial, inequitativo y agresivo modelo de espotización, que nadie quiere, de seguir con el enorme despliegue mediático, que finalmente no resuelve lo más elemental, continuaremos caminando al filo de una  simulación y al llegar a la meta se confirmará que todo se movió, y mucho, para que todo permanezca igual que al principio.
Mientras tanto, seguiremos probando nuestro modelo en los próximos comicios, continuaremos insistiendo para que, algún día, este tipo de acciones contribuyan a la creación de una sociedad nueva, interesada y empoderada, con información para saber para qué y por qué, un día como el de ayer, fue a elegir a sus gobernantes.

¿Es ético inventar leyes, desarrollar propuestas, hacer  cambios, imponer  reglas, hacer mucho ruido para que todo quede exactamente igual que antes?

Si queremos que la sociedad avance, sea más equitativa y justa, que logre construir una democracia efectiva, necesitaremos, antes que nada, evitar el gatopardismo imperante, reitero la importancia de comenzar por saber a quiénes vamos a elegir y qué deberán hacer en los cargos para los cuales los hemos contratado, y esto es muy importante, porque sólo así será posible acercarnos a ejercer un modelo real de rendición de cuentas.

Joaquín Berruecos
kathedra.org
Tlalpan CDMX

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