Sentir, Pensar, Actuar

Para los que intentan conocer y rescatar el agua…

Un enorme nopal que se encuentra en el centro de una isla que está en el centro de una laguna en el centro de una cuenca del centro de un país.

Es una de las 13 obras de arte que conforman la magnífica exposición “AGUA“, planeada por gente consciente que pretende incidir, a través de la reflexión, sobre la problemática del agua en nuestra ciudad, un tema de enorme importancia para quienes la habitamos.

En el corazón de Tlalpan existe una hermosa casona del siglo XVIII que, según algunos historiadores, fue un espacio para el descanso del Virrey De Mendoza. Hace más de 10 años se intentó construir ahí un desarrollo inmobiliario, pero el gobierno de la ciudad rescató esta hermosa mansión y ahora afortunadamente es un centro de cultura ambiental. Y es ahí en donde se estará albergando durante varios meses la exposición artística que además se está complementando con importantes ejercicios que exploran diferentes aspectos sobre el agua.

Hace unos días asistí a esa gran casona para escuchar uno de los conversatorios pensados para abrir la discusión, escuchar propuestas y entender lo que es necesario hacer desde una perspectiva ciudadana, respecto a los problemas urbanos vinculados con el agua.

Fue muy importante poder redescubrir la sencillez, la destreza, inteligencia y claridad con la que se expresa mi amiga la Doctora Marisa Mazari. Este evento fue una especie de contrapunto acuoso entre la experiencia de Marisa y la juventud de Leo Figueroa, un estudiante recién salido de la preparatoria que bien podría dar sus pláticas sobre Limnología en cualquier universidad.

Cuando se habla del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML), un importante centro de investigación que tenemos en la UNAM, es común que la gente se pregunte ¿qué es eso de la Limnología?. Y esto hace evidente la situación que vive una sociedad que no está preocupada por el estado que guardan las charcas, estuarios,  marismas, lagos, lagunas y ríos, sistemas muy cercanos a los que los ciudadanos no les damos la atención que se requiere.

Por eso fue muy importante que durante este conversatorio se disertara sobre la problemática del agua en nuestra ciudad, es muy valioso que se nos hiciera notar lo poco que sabíamos acerca de su historia, su importancia y la triste situación actual que existe en casi todas las aguas continentales del país y especialmente la de nuestra atiborrada Ciudad de México.

Leo y Marisa nos detallaron con enorme capacidad didáctica cuántos ríos tenemos, dónde nacen, hacia dónde se dirigen, cómo los contaminamos. También nos explicaron cómo fue que ya convertidos en aguas negras desde hace años se decidió entubarlos, para sobre ellos construir vías para que circulen los automóviles.

Sí hay solución

Hace más de 20 años, cuando comenzamos a indagar en donde se hacían investigaciones enfocadas a resolver ciertos problemas concretos, descubrimos que en México existían muchos científicos comprometidos que dedicaban su vida a tratar de resolver cierto tipo de problemas, con su ayuda nos propusimos realizar dos documentales “Agua Tierra Adentro” y “Si Hay Solución” ambos para CONABIO.

La idea era investigar en dónde existían soluciones concretas a problemas concretos, mismas que fueran muy puntuales y efectivas, y claro que el tema del agua apareció rápidamente. Esto mismo nos sucedió cuando hicimos la serie “Bitácora del arqueólogo” para el INAH, entonces descubrimos  que desde tiempos ancestrales, tanto en la norteña y seca ciudad de Paquimé, como al otro extremo del país en Palenque, nuestros inteligentes antepasados sabían muy bien cómo encauzar el agua para utilizarla, además de dominar cómo dirigirla a donde fuera necesario con el fin de evitar inundaciones. Hoy estos son problemas no resueltos en nuestra ciudad.

Cuando entendamos mejor aquello que  tanto estudiaban los griegos, el λίμνη o límnē que significa lago y la manera de hacer λόγος, lógos o sea su estudio, estaremos adentrándonos en el importante tema de la Limnología, el apasionante mundo de las aguas continentales que nos dan vida.

Es evidente que si no sabemos lo más elemental sobre la Limnología de nuestra ciudad, mucho menos seremos capaces de organizarnos cómo sociedad para comenzar a resolver la gran cantidad de problemas que año con año se presentan en nuestra gran cuenca.

Al margen del uso político con el que se acostumbra enfocar el problema, es evidente que los ciudadanos participamos muy poco cuando más falta hace. Lo habitual es no saber ni dónde, ni cómo, podemos organizarnos en el momento en que se presenta una emergencia, cuando hay escasez o cuando nos sobra el agua, a la que los medios les encanta denominar “el preciado liquido” .

Hace 4 días, nos enteramos con tristeza de una trágica noticia, saliendo del colegio y de la mano de su madre, un menor de nueve años fue arrastrado por un torrente, terminó ahogado cuando la fuerza del agua lo llevó hasta una alcantarilla abierta. Esa tarde cayó en la delegación Iztapalapa una precipitación de 40 milímetros ¿qué significa ese dato ? Es evidente que no es lo mismo que llueva mucho a lo largo de toda la tarde, a que esa misma descarga se presente en solo unos cuantos minutos, pero, ¿cómo se nos alerta y prepara para enfrentar este tipo  de circunstancias que son tan comunes en nuestra ciudad y que nos causan tantos problemas?

En dónde está nuestra protección civil y los medios de comunicación que nos informen y ayuden para evitar que tengamos  que repetir aquella vieja conseja popular que dice  “una vez ahogado el niño, que se tape el pozo”.

Es una ironía vivir en una ciudad construida sobre una laguna donde además de sufrir por no tener agua, alguien se pueda morir por un exceso de ella.

El acercarnos a los que saben sobre este tema, a quienes tienen propuestas, a todos aquellos que con su arte nos inducen a pensar, no es solamente un ejercicio importante, sino también una obligación necesaria.

Joaquín Berruecos
kathedra.org
Tlalpan CDMX

(Al siguiente día de ganarle a Alemania)

P.D. La exposición Arte y los conversatorios por la soberanía del agua, son en la Casa del Virrey de Mendoza, localizada en la calle Benito Juárez, número 15, a una cuadra del zócalo de Tlalpan.

 

 

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