Soy oriunda de Acapulco, Guerrero; actualmente resido en la ciudad de México debido a que estoy cursando la licenciatura en filosofía en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Desde muy pequeña, aproximadamente desde los cinco años, me he visto atraída por la música, empezando por el canto, lo cual podría considerarse como un talento innato, pues no he llevado, formalmente, estudios al respecto más allá de pequeños cursos de verano de una o dos semanas. A la guitarra me acerqué más tarde. A los 12 años, mis padres me obsequiaron mi primera guitarra así como también la inscripción al Sindicado de Músicos del puerto de Acapulco. Ahí permanecí dos años y medio, hasta que decidí salirme y seguir por mi cuenta para tratar de aprender los conocimientos que requería para dedicarme al género que me apasionaba: la trova. Desde que dicho género llegó a mis oídos, no lo he abandonado, y aún cuando empecé a incursionar en la composición musical, permanecí en él.
Debo decir que, antes de ser compositora, fui poeta; es decir, aunque tengo algo de material escrito, no todo está musicalizado, además de que lo que sale, por decirlo así, con la etiqueta de “poesía” muy difícilmente puedo hacerlo
trascender al nivel musical.
Con respecto a mi carrera musical, comencé tocando en salones de la preparatoria en donde estudiaba a los alumnos recién ingresados, esto por petición de algunos profesores que llevaban a cabo sus clases a partir del mensaje incluído en ciertas canciones, y, en parte, porque me agradaba poder hacerles presentación, a las nuevas generaciones, del género de la trova y la canción protesta, el cual en Acapulco muy rara vez se escucha o se conoce.
Así fue como empecé como interprete; tras esas presentaciones, me animé a abrir un canal de YouTube en donde, de vez en cuando, subía vídeos interpretando algunas canciones de la trova en general. En ese punto de mi vida, nunca pensé llegar alguna vez a un escenario que no fuera un salón de clases, con un auditorio que no fueran alumnos. Cuando vine a vivir a la ciudad de México, mi vida dio un giro radical.
Actualmente, he tenido algunas presentaciones en la Universidad Autónoma Metropolitana, en algunos actos de recaudación de fondos, en reuniones que lleva a cabo la revista literaria La Pluma del Ganso (en la cual publico
actualmente), en el programa “El Rincón de la canción” transmitido por 3era Llamada Radio/Tv, así como en determinadas cafeterías de la ciudad de México y del puerto de Acapulco; me he presentado en el programa “Que siga la mañana” de la televisora Siga Tv Acapulco y en el Foro Oaxaca y la Guelaguetza del tianguis Oaxaqueño que estuvo presente en el puerto de Acapulco.
En este punto de mi vida, he logrado más de lo que esperaba en este ámbito; me considero más intérprete que compositora y, sin embargo, disfruto de hacer ambas cosas. Cuento con algunas canciones de mi autoría y una
musicalización. Mis canciones giran en torno al ámbito romántico, así como también el de protesta, tratando de mantenerse dentro del campo de la trova.
El propósito que tengo en mente con respecto a mis composiciones, incluyendo las interpretaciones que llevo a cabo, es el de tratar de sembrar, sobre todo en las nuevas generaciones, la idea de que la música es algo más
que diversos acordes acomodados con singular coordinación: es todo un mundo, es un lenguaje; es un acercamiento a otras vidas pero, sobre todo, a la nuestra.