Sentir, Pensar, Actuar

Concursantes del Antojo Literario de Noviembre, ¡Léelos!

El próximo viernes 25 sintoníza La Orquesta Filosófica a las 19:00 hrs por Radio Chapultepec 560 AM o en www.laorquestafilosofica.com , ahí daremos a concocer al ganador de la comida en el Restaurante “Peces”.

Autor: Ricardo Rojas

 

FRAGMENTADO

Los recuerdos perduran por siempre, se supone que los más importantes se quedan como manchas de sangre difíciles de lavar. Esta limpio, sin ninguna mancha, dispuesto a volver a ensuciarse y crear nuevos recuerdos y buenos momentos. No sé cómo existe gente con un control tal que divide su corazón para amar a esas manchas de sangre. Que se necesita hacer para borrarlo todo, será imposible. Todo mundo quiere ser amado pero sólo por una persona y no que esa persona divida su alma para ocuparse de muchas. Esta limpio, libre de todo, con el corazón dispuesto a ser exclusivo. Seguro que con algo podrán quitar esas manchas, pero yo no lo sé, como saber cuándo llegan esos recuerdos, esas memorias. Porque la gente no está dispuesta a borrarlo todo. Es impresionante el camuflaje de su corazón porque tiene la capacidad de extrañar y amar a varias personas. Que doloroso debe ser vivir siempre con eso.

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Autor: Michel Yovani Ortiz

ME DUELE LA MUJER

Me duele cuando te adornas para mostrar lo que no eres,

Cuando sonríes y la otra sonrisa es una burla.

Cuando te regalas sin pedir algo a cambio,

Cuando no puedes escoger y esperas a ser escogida,

Cuando esperas, sólo esperas, fingiendo hacer algo.

Lo tienes todo

Lo sabes todo

Lo ves todo

Lo escuchas todo

Sientes todo

piensas todo

No quieres caminar; aunque puedes correr. He soñado que vuelas.

No quieres vivir. Eres la primera en morir.

Eres la vida y tu vida es muerte.

Me duelen mis ojos que no ven otra mujer.

Me duelen tus tristes pasos que forjan la muerte;

tus miradas solitarias que muestran tu ausencia.

Me dueles cuando posas y dejas de ser (única) para convertirte en objeto;

me duele tu continuo regalarte a costa de perderte.

Ya se fue y no la vi,

ya se fue y no me vio.

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 Autor: Joel Galán

 

NUNCA MÁS VOLVERÉ

 

¿Si todo aquí es verdad?, entonces todo es duro y cruel

¿Si no entonces por qué?, nuestras almas, sucumben con tan solo escucharla

La verdad, es como un veneno lento, nos asfixia, poco a poco el alma

Sueña alma mía, que la verdad no es tan absoluta

Sueña alma mía, que la verdad por fin ha de favorecernos

Estoy cansado de buscar que la verdad me favorezca, y solo conseguir su desaprobación

Es imposible que en esta vida la verdad nos favorezca, pues somos esclavos de nuestra propia mentira

No quiero vivir un día más. No quiero

No quiero vivir un día más, no tolero ser esclavo de la mentira

¿Si todo aquí es razón?, entonces todo es dudoso

¿Si no entonces por qué?, siempre reina la incertidumbre en nuestro interior

Estoy cansado de buscar, razones para justificar esta obscura existencia

Buscando una luz, solo te encontraras, con la peor de las imposiciones

No quiero vivir un día más

No tolero las imposiciones

Nunca más volveré, a violentar con la verdad, pues termino más herido yo

Nunca más volveré, a buscar razones, pues la vida es una imposición

Mejor quiero estar en paz.

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Autor: Ivette Alva Ramos

©2010

 

LAS ESTRELLAS

El centauro es, en la mitología griega, un ser fantástico mitad hombre mitad bestia.

Lo menciono porque dicho centauro simboliza al signo zodiacal Sagitario que es mi casa astral; es denominado así por la sagita que porta. También es llamado El Arquero.

No, no soy  iniciada en la astrología, ni siquiera partidaria de ella,  al contrario.

Me explico, mi gran amor nació bajo la figura de Piscis y hubo quien dijese que él y yo somos  signos zodiacales incompatibles, que como pareja seríamos un fracaso. Al escuchar esto nos miramos y reímos; disentíamos de la teoría del amigo, los hechos hablaban por sí mismos: mi amor  y yo congeniábamos hasta la complicidad.

El amigo empezó  su discurso:

  • Tu signo es de fuego —me dijo a mí.
  • Y el tuyo es de agua —le dijo a él.

— Jajaja! —le dije en plan de broma— él apagará mi fuego.

  • Esto es más serio —dijo circunspecto, y empezó a hablar acerca de lo que  es un cuadrante,  una oposición, una conjunción, un sextil, y el trígono de los astros— Los 90 y 180 grados que corresponden al cuadrante y a la oposición son fatídicos —dijo en tono agorero—; el sextil  con sus 60 grados y el trígono de 120 son favorables; la conjunción  influye según los planetas involucrados.

Yo escuchaba con desgana. El desplegó la historia:

“Leer en las estrellas el destino de personas y naciones ha sido realizado desde tiempos remotos. No se sabe con certeza dónde fue sistematizado el estudio de la Astrología, unos creen que por los babilonios, otros piensan que los sumerios; y muchos expertos  opinan que fueron los caldeos; deducción ésta hecha por la existencia de zigurats utilizados en su tiempo como observatorios astronómicos.

La Torre de Babel es un ejemplo.

A cada constelación o grupo de estrellas le  dieron nombre según la forma que creyeron ver: Osa mayor, Osa Menor, Pegaso, Orión, Pléyades, Perseo,  Hidra,…

Así  como los signos del zodíaco, la mayoría de estos nombres vienen de los griegos y de los romanos…”

  • Qué significa zodíaco —interrumpí.
  • Significa “círculo de animales”, aunque no todas las constelaciones zodiacales configuran animales, tenemos a Géminis que es la representación de unos gemelos, Libra que es una balanza romana de dos platillos y  Acuario, el aguador.

Todos alrededor del Sistema Solar.

El hecho es que en algunos países se acostumbraba llamar a un astrólogo cuando nacía un niño, especialmente en los reinos cuando nacía un príncipe. Aún ahora personajes importantes de la política y de los espectáculos preguntan su futuro a los astros.

Los astrólogos también profetizaban…

  • Cosas que no se realizaban —interrumpí otra vez.

—  A veces sí  —replicó.

“A veces sí”, aquí recordé a los oráculos y a las pitonisas, se dice que sus profecías no estaban perfiladas con exactitud, que solo vaticinaban generalidades, por ejemplo, en una guerra  decían: “un rey será muerto”. Obviamente el rey que consultaba no se contaba entre las bajas de esa guerra e interpretaba  la profecía a su favor, él sería vencedor y el otro sería el “rey muerto”.

Si sucedía lo contrario, ya buscarían alguna explicación.

Recordé también a los sacerdotes egipcios, a los faraones, quienes instruidos en el curso de las estaciones del año y de las crecidas del Río Nilo, y usando su nilómetro “profetizaban” las inundaciones y la normalización del cauce del río; la época fértil, las sequías,… Sus conocimientos astronómicos les permitían divinizarse y eternizarse en el poder mediante dinastías; con su saber secreto acreditaban la “obediencia” que profesaba hacia ellos la naturaleza,  exigiendo así,  respeto y sumisión de sus súbditos incultos so pena de castigo.

Seguía  la conferencia:

  • Muchos astrónomos fueron primero astrólogos, de ahí que estudiaran científicamente a los astros con instrumentos y cálculos matemáticos.
  • Eso no certifica que  los astros tengan relación con el destino de las personas —dije.

No contestó.

Continuó explicando sobre qué es el domicilio de un planeta o su exilio, su exaltación y caída, o el planeta peregrino,  y el significado que tiene para nuestra vida cada caso.

  • El ascendiente
  • Qué es el ascendiente —interrumpí queriendo mostrar interés.
  • Es el signo del zodíaco que asoma en el horizonte en el lugar y hora del nacimiento. Para el cálculo del ascendiente se necesitan datos como la longitud y latitud exactas del lugar de nacimiento, el tiempo sideral y el tiempo real, la hora exacta del nacimiento…

Tiempo sideral. Aquí me detuve soñando. “Sideral”, ¡suena bien!

Elevé mi mirada al cielo, imaginé que volaba por los cuatro puntos cardinales, que me desplazaba por el espacio sideral casi con en el pensamiento, así,  fácil, rápida, ligera… como a veces en mis sueños.

Distraída aún,  alcancé a escuchar las palabras “mes astrológico”, “signo solar”, “cartas”, “tablas astrológicas”,…

Regresé a la plática.

  • El planeta gobernante. . .
  • Explica —le pedí para ubicarme otra vez en la conversación.
  • El planeta gobernante es el que rige el signo ascendiente.

Así siguió toda la tarde tratando de convencernos del influjo de los astros. Yo seguía escéptica, había leído horóscopos por diversión y casi siempre me encontraba con la sorpresa de que todos parecían haber sido escritos para mí… o para cualquier otra persona:

ARIES.-  “Le gusta el riesgo, la mujer Aries es independiente”. Como yo.

TAURO.- “Fiel y celoso…y testarudo”. Exactamente así soy

GEMINIS.- “Inclinado a las actividades intelectuales”. ¡Así es!

CANCER.- “Posee una memoria privilegiada”. ¡Claro!

LEO.- “Honesto, con un profundo sentido de la justicia, capacidad de síntesis, sociable, valeroso, sincero, no puede vivir sin el reconocimiento de los demás, en el amor es impulsivo y exigente pero siempre leal”. ¡Yo soy ésa!

VIRGO.- “Son demasiado independientes”.  Cuando experimentamos la libertad todos la queremos siempre.

LIBRA.- “Le gusta la compañía refinada y la vida cómoda y lujosa”. ¿Y a quién no?

ESCORPION.- “Rebelde, celoso, sensual”.  ¡Con su volcánica reconciliación!

SAGITARIO.- “Carente de prejuicios, optimista, evita los esfuerzos físicos, emprendedor pero con crisis de pereza intelectual, en el amor es sensible pero no dramático, una vez hecha su elección difícilmente vuelve atrás”  ¡Cierto!

CAPRICORNIO.- Aquí  no encontré nada en común.

ACUARIO.- Resume todo lo demás: “Personalidad mutable según las circunstancias, puede tener algo de todos los signos”. También mi personalidad recopila lo descrito a los demás signos.

PISCIS.- “Personalidad dual, indecisa, soñadora, pasiva”.  Lo dice porque los pececitos, que son dos, nadan  en direcciones opuestas y supuestamente se contraponen; pero también Géminis con sus gemelos posee cierta dualidad.

¡Y yo también! Mi personalidad de algún modo es doble (no bipolar), mi carácter  femenino tiene igual desarrollo que mi esencia masculina: soy sensible, tierna,  pero también analítica, audaz, estoica, cualidades estas adjudicadas generalmente a los varones.

Y como la doble naturaleza del Centauro, el dúo de mi personalidad rige así el instinto de mi mitad bestial como también la inteligencia de mi mitad humana.

¡No tanto como El Dr. Jekyll y Mr. Hyde!, aclaro.

Pero creo que así somos todos según las circunstancias.

¿No somos moldeados por muchos factores?: el ambiente, el contexto en el que nacemos y crecemos. Y aún así, nada está determinado. Una biografía de Gabriel Marcel dice, pienso que acertadamente: “la vida de una persona no se reduce a sus condicionamientos psicológicos o sociológicos, pues estos no causan nuestra personalidad sino que sólo la condicionan. Y si es cierto que el pasado nos condiciona, no lo hace en forma más determinante a como lo hace el futuro (…) Quedarse en Freud es mirar sólo hacia el pasado como si el futuro no existiese (…) vivir como si no tuviéramos que decidir nada; tal vez fuera más cómodo, pero, (…) irreal”

Por todo ello me parecía ilógico que después de dos años bien avenidos, ahora viniera alguien a decirnos que no, que nuestra relación no es posible, que las estrellas dicen que mi amor y yo somos diferentes. ¡Pero si esa disimilitud ha hecho de nuestra relación un dichoso complemento! ¿Por qué forzosamente tiene que ser tan desfavorable ser distintos?

Pensé en la herencia genética, la cultura adquirida, la inteligencia, el entorno en que nos desarrollamos, el libre albedrío. ¿Dónde entran en la concepción astrológica del carácter?

Caí en la cuenta que Urano, Neptuno y Plutón no fueron descubiertos sino hasta hace relativamente poco tiempo: Urano en 1781, Neptuno en 1846 y Plutón en 1930, por eso anteriormente mi planeta gobernante, Júpiter, había presidido al signo de mi amor, ahora es Neptuno. ¿Cómo quedaban entonces las predicciones anteriores? ¿El hecho de que no habían sido vistos dichos planetas interceptaba su influencia?

¡El colmo!, en 2011 a Plutón le fue quitada su categoría de planeta por decisión de los científicos.

¿Y qué pasa cuando nacen mellizos? No siempre sus vidas son iguales, incluso han sido opuestas.

¿Ahora, por qué la influencia de los astros inicia hasta el momento del nacimiento y no desde el momento mismo de la concepción del ser?

Eran muchas mis preguntas sin respuesta.

También algo había leído acerca de la precesión de los equinoccios, aunque no lo comprendo bien,  entiendo que hay un desplazamiento gradual del eje terrestre cada ciertos miles de años y esto causa que el sol pase en cada constelación un mes después, el Tauro sería un Aries ahora; el Géminis, un Cáncer, así, el equinoccio de Primavera no entra en Aries como hace  unos miles de  años, sino en Piscis.

¡Qué complicado! Cada respuesta produce más cuestiones, porque ahora el sol está pasando de Piscis a Acuario. La Era de Acuario, dicen los seguidores de la New Age, está próxima; habrá cambios radicales como, dicen, los ha habido cada vez que transcurre un “mes cósmico” el cual dura 2100 años.

El “año cósmico”, afirman,  dura 25268 años, que es el tiempo que tarda el sol en recorrer los doce signos del zodíaco.

“Así, en el año 4320 a.C. el sol entró en el signo zodiacal de Tauro y en este período surgieron en Egipto, Creta, Caldea y Asiria religiones que adoptaron el toro como emblema divino. En 2160 a.C. el sol penetró en Aries y surgió la religión mosaica que tomó el carnero como símbolo de la divinidad. El 21 de marzo del año 1 de nuestra era el sol entró en Piscis y surgió la religión cristiana que tomó el pez como símbolo de Cristo.

Ahora bien, la era de Piscis violenta y oscura está punto de finalizar, pues hacia el año 2160 el sol entrará en la constelación de Acuario”

Consideremos también el “descubrimiento” científico de que el año 1 dC. no es el indicado en nuestra línea del tiempo, sino que hasta el año 5 o 7dC. ¿o antes? (no recuerdo con precisión la fecha y ante tanta incertidumbre no me parece necesario) inició nuestra Era, dicen.

¡Qué embrollo!, ya lo dije antes.

También dicen los que de ello saben, que las profecías mayas anunciaron el fin del mundo el  21 de diciembre de 2012, en el supuesto que el calendario maya termina en esa fecha.

Y recuerdo que los abuelos, en la década de los 60’s del siglo XX, y para explicar la rebeldía juvenil que se manifestó en aquellos años, decían: “ya pasó la época de Dios Padre, estamos en la Era de Dios Hijo y pronto entraremos en la Era de Dios Espíritu Santo“

La idea es que vendrá un período de cambios, espirituales, no infaustos como pregonan los catastrofistas. Esa fase calamitosa  ya lo estamos viviendo ahora;… viviéndola, sería una necedad no propiciar la vuelta a la esencia de nuestro Ser.

Así, debiéramos esperar un cambio positivo de pensamiento,   y consecuentemente, un cambio de actitud… más humanitaria quizás. Y no la destrucción material del mundo.

¿Cuándo? Eso no lo sabemos con certeza.

Ya era muy noche cuando nos despedimos los tres, cada uno se retiró a su casa en silencio.

¿Quién me explicará las remanencias  de la superstición?

Entré a la casa. Me metí a la cama, pensativa y preocupada. Yo permanecí  incrédula, pero él, mi amor. . . ¿también?

Me asaltó la ansiedad, la duda,. . . y el insomnio, porque el amigo se olvidó de aclarar que “los astros inducen pero no obligan”

FIN

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